lunes, 22 de noviembre de 2010

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Nos gusta creer que somos seres racionales, humanos, conscientes, civilizados, considerados. Pero cuando la vida se complica, aunque solo sea un poco, la evidencia salta a la vista, no somos mejores que los animales. Tenemos pulgares prensiles, pensamos, caminamos erguidos, hablamos y soñamos, pero lo más profundo de nosotros sigue en los fangos primigenios, mordiendo, arañando, viviendo en un mundo frío y oscuro como los sapos y los perezosos.
Hay un animal dentro de todos nosotros y quizá eso sea bueno, nuestro instinto nos impele a buscar el calor, la compañía de la manada, quizá nos sintamos enjaulados, o quizá atrapados, aun así podemos hayar algún modo de sentirnos libres.Somos los cuidadores de los demás, somos los guardianes de nuestra humanidad, y aunque hay una bestia dentro de todos nosotros... lo que nos diferencia de los animales es que podemos pensar, sentir, soñar y amar.Apesar de todo pronóstico contra todo, pese a nuestro instinto, evolucionamos.




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